El otro día en clase de Tercero (y antes de navidades en Cuarto) hablábamos de los tubos fluorescentes. Y yo os decía que no había que apagarlos cuando nos vamos al recreo. Y cuando he leído el artículo de Eroski Consumer me he acordado de vosotros. Es cierto o es solo otra de las leyendas urbanas que circulan por ahí y que yo me he creído? Para salir de dudas tendrás que leerlo aquí.
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